Los relojes más caros del mundo no solo se distinguen por su maestría técnica, sino también por los materiales preciosos que los componen. Oro, platino, diamantes y piedras preciosas adornan estas piezas únicas, añadiendo un brillo y una belleza inigualables. Además, algunos relojes exclusivos también incorporan materiales innovadores, como cerámica de alta tecnología o carbono ligero, que combinan durabilidad y sofisticación.